LA EDUCACION A DISTANCIA EN EL CONTEXTO DE LOS RETOS DEL MILENIO

José Ramón Solano

Universidad Metropolitana

Caracas, Venezuela

 

Resumen

El inicio del siglo XXI se caracteriza por presentar a la humanidad retos complejos y variados, entre los cuales, uno de los más significativos es el requerimiento de desarrollar sistemas educativos adecuados a las transformaciones que experimentan las realidades nacionales y el entorno global.

Delinear el mapa que ha de orientar la acción educativa en el futuro inmediato y mediato no es tarea fácil. Los aspectos metodológicos son importantes, pero no constituyen la esencia de la dirección estratégica: una aproximación prospectiva puede ayudar a establecer la visión y las líneas de acción para acercarse a ella.

Este trabajo, con el fin de  contribuir al diseño de ese mapa, se sustenta   en los desafíos globales identificados por el “think tank” de estudiosos del futuro, planificadores, académicos, científicos y responsables de tomar  decisiones que,  a escala mundial y con el patrocinio del “Proyecto del Milenio”, promueve la Organización de las Naciones Unidas.

Los diversos retos convergen en un requerimiento fundamental: aumentar significativamente el nivel educacional de las poblaciones menos favorecidas. En este propósito, América Latina tiene un compromiso insoslayable: educación para el progreso, educación para la paz, educación para la sostenibilidad.  Este compromiso implica el desarrollo de métodos alternativos y complementarios a las formas tradicionales de educar y la  Educación a Distancia ofrece oportunidades para ampliar la oferta educativa, diseñar novedosos enfoques para el aprendizaje y contribuir a acelerar el proceso de desarrollo humano en el continente.

Palabras clave:

Aprendizaje a distancia                                Objetivos de desarrollo

Educación en el tercer milenio                        Educación y tecnología informática

Introducción

Los desafíos fundamentales que tenemos los latinoamericanos en el comienzo del siglo XXI lucen abrumadores. Se trata de vencer fuerzas que amenazan con mantener a la región en una situación de estancamiento y atraso,  en la que grandes grupos de la población no tienen acceso a las más elementales ventajas de la vida civilizada. Estas fuerzas que actúan contra el deseo de lograr un progreso genuino se manifiestan en los altos índices de pobreza, la enorme diferencia de ingresos entre los estratos sociales más altos y los más bajos, el analfabetismo, la  deficiente formación para el trabajo y el desempleo y subempleo, enmarcados en  problemas tales como la deuda externa y la inestabilidad política de  algunos países y el progresivo deterioro del ambiente.

Frente a esta realidad, en la Cumbre del Milenio, reunida en la sede de las Naciones Unidas en septiembre de 2000, los Jefes de Estado y  representantes de todo el mundo suscribieron una “Declaración del Milenio”, que plantea como propósito básico un conjunto de objetivos de desarrollo a lograr hacia el año 2015. Así mismo, y en relación con este tema, el Consejo Americano de la Universidad de la Naciones Unidas conduce, desde 1996, el Proyecto Milenio, una iniciativa de carácter prospectivo, que se nutre de las ideas de unas 1.500 personas alrededor del mundo, que actúan como un “think tank” a distancia. Su actividad se dirige a generar propuestas útiles para  el desarrollo sostenible y hacer seguimiento a su aplicación.   

Aunque la finalidad central de los esfuerzos es la reducción radical de la pobreza y la desigualdad en la región, la educación es un eje integrador de varias líneas de política pública requeridas para el logro de esas metas.

Desde la invención de la imprenta –que sin duda fue un paso gigantesco para la difusión del conocimiento- cada avance tecnológico relacionado con la transmisión de información y de ideas (la radio, el cine, la televisión) han generado entusiastas esperanzas sobre la posibilidad de que, con base en ellos, se resolvieran los obstáculos para que todo el mundo tuviera acceso a la educación. Hoy en día se plantea la posibilidad de utilizar el poderoso recurso que para el manejo de la información significan las  tecnologías de la Informática y las comunicaciones como una herramienta efectiva para contribuir a que todas las personas  accedan a niveles de aprendizaje que les permitan alcanzar un nivel de vida digno.

 En realidad, se han logrado importantes avances en los que los medios mencionados han tenido una influencia definitiva, pero hoy necesitamos poner en práctica estrategias más agresivas para alcanzar en América Latina logros decisivos en  la satisfacción del derecho universal a la educación para el desarrollo humano.

El planteamiento del tema que abordamos en estas páginas se lleva a cabo de acuerdo con la siguiente secuencia:

1) La naturaleza de los retos del milenio para América Latina y el Caribe: un resumen de los objetivos y metas. Su vinculación y convergencia con la educación. La necesidad de alcanzar los objetivos educacionales.

 

2) El contexto actual: los rasgos fundamentales de la realidad en América Latina, la política educativa y los modelos de desarrollo. Mención de algunos condicionamientos culturales

 

3) La educación a distancia:  las fortalezas de esta modalidad como una herramienta para la Educación permanente y para el acceso de los excluidos. Modelos y características de la educación a distancia y sus aplicaciones actuales.

 

4) La educación a distancia en América Latina: un breve vistazo a los diversos proyectos en desarrollo, sus objetivos y consideraciones sobre los factores de su éxito.

 

5) Conclusiones: bases para las potenciales líneas estratégicas que conduzcan a la utilización a distancia como un instrumento fundamental en el logro de los objetivos de desarrollo.. Propósitos específicos y requerimientos.

 

La naturaleza de los retos del milenio


La orientación central de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados  en septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, se basa en el compromiso con los derechos humanos y la reducción de las desigualdades en  un entorno de buen gobierno y democracia.

El cuadro siguiente, a partir del documento de la CEPAL “Objetivos del Desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y el Caribe”(1),  enumera los Objetivos, con las metas correspondientes.

 

Objetivos de Desarrollo del Milenio. Resumen

Objetivo 1

Erradicar la pobreza extrema y el hambre

Meta 1. Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día

Meta 2. Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padezcan hambre

Objetivo 2

Lograr la enseñanza primaria universal

Meta 3. Velar porque, para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria

Objetivo 3

Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer

Meta 4. Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes del fin del año 2015

Objetivo 4

Reducir la mortalidad infantil

Meta 5. Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de 5 años

Objetivo 5

Mejorar la salud materna

Meta 6. Reducir, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna en tres cuartas partes

Objetivo 6

Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

Meta 7.Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la propagación del VIH/SIDA.

Meta 8. Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves.

Objetivo 7

Garantizar la la sostenibilidad del medio ambiente

Meta 9. Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente.

Meta 10. Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible a agua potable.

Meta 11. Haber mejorado considerablemente, para
el año 2020, la vida de por lo menos 100 millones de
habitantes de tugurios.

Objetivo 8

Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Meta 12. Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio Se incluye el compromiso de lograr una buena gestión de los asuntos públicos y la reducción de la pobreza, en cada país y en el plano internacional

Meta 13. Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados
Se incluye el acceso libre de aranceles y cupos de las exportaciones de los países menos adelantados; el programa mejorado de alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados y la cancelación de la deuda bilateral oficial, y la concesión de una asistencia para el desarrollo más generosa a los países que hayan expresado su determinación de reducir la pobreza

Meta 14. Atender las necesidades especiales de los países sin litoral y de los pequeños Estados insulares en desarrollo
(mediante el Programa de Acción para el desarrollo
sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo y los resultados del vigésimo segundo período de sesiones de la Asamblea General)

Meta 15. Encarar de manera general los problemas de la deuda de los países en desarrollo con medidas

Meta 16. En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo

Meta 17. En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo

Meta 18. En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de la información y de las comunicaciones

 

Como puede observarse, los Objetivos, vistos en su conjunto, se dirigen fundamentalmente a lograr un mundo equilibrado y sostenible, sustentado en el desarrollo humano. Es obvio, también, que una de las condiciones esenciales para alcanzar esos objetivos es lograr la educación para todos, con énfasis en la atención y educación de la primera infancia, la enseñanza primaria universal, el aprendizaje de jóvenes y adultos, la alfabetización y la igualdad de género (que constituye el tercer objetivo).

Los objetivos de desarrollo del milenio sirven de marco para el diseño de políticas educativas que deben ser ambiciosas pero prácticas, innovativas y coherentes, con procesos apropiados para lograr la calidad, pero flexibles y adaptables.

 

El desarrollo tecnológico actual nos brinda realmente la oportunidad de reducir radicalmente la pobreza en el mundo. Miles de millones más de personas podrán aprovechar los beneficios de la economía mundial. Se dispone de liderazgo y de talento. Las soluciones prácticas existen y el costo es verdaderamente asequible. Sólo se requiere pasar a la acción.

 

Grado de avance en el logro de los Objetivos

 

En América Latina y el Caribe se mantiene un alto grado de desigualdad social. Alrededor de 43% de la población –según datos de las Naciones Unidas- viven en la pobreza, condición indisolublemente asociada con las desventajas educativas de una importante proporción de personas en edad adulta.

 

En relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la mayoría de los países no está cerca de cumplir las metas correspondientes a la reducción de la pobreza; por el contrario, el desempleo abierto ha aumentado de 6,9% en 1990 a 10% promedio en 2004(1). Adicionalmente, la pobreza sigue afectando en mayor grado a las mujeres.

 

En los cuatro años transcurridos desde la aprobación de los objetivos, se ha progresado en la superación de la desnutrición y en la reducción de la mortalidad en la niñez, por lo que hay razones para creer que se alcanzarán las metas en estos aspectos. En cambio el avance en la reducción de la pobreza es insuficiente, los indicadores de la creación de empleos y de calidad de vida no mejoran; tampoco las cifras de igualdad de acceso a la educación, ni la reducción de la desigualdad en ingresos, en cambio la degradación del medio natural y construido va en aumento. Un interesante indicador de desigualdad es que el promedio de escolaridad del 20% de la población más pobre es de 4 años, mientras que el del 20% más rico es de 10 años.(2)

 

En la región se presentan realidades contradictorias: aunque existen logros significativos en estabilidad macroeconómica y progreso en algunos indicadores sociales, frecuentes crisis políticas, bajo ritmo de crecimiento, persistencia de la desigualdad y la exclusión y descontento social opacan los logros en desarrollo humano y erradicación del hambre.

 

Por lo que se refiere al tercer objetivo (Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer), el primer paso consistía en que para 2005 las niñas y los niños tengan el mismo acceso a la educación primaria y la secundaria. En la actualidad, a  escala mundial, por cada 100 niños matriculados se matriculan menos de 85 niñas.(3)

 

Según los expertos(2) tres condiciones son indispensable para hacer realidad la meta de reducir la pobreza extrema a la mitad hacia el año 2015:

  1. Un crecimiento económico alto y sostenido durante el período: entre 2,9 y 4,4% anual, según el grado actual de progreso de cada país.
  2. Cambios institucionales y legales que garanticen el crecimiento con equidad en la distribución de la riqueza.
  3. Inversión en capital humano: básicamente salud, alimentación y educación.

 

Veamos la realidad correspondiente al segundo Objetivo (Lograr la enseñanza primaria universal). Una breve panorámica de la situación educativa en la región nos muestra los siguientes datos relevantes(1):

·        En 12 países de América Latina y 11 del Caribe la tasa neta de matrícula en educación primaria supera el 90%; en el resto de los países de la región, esta cifra se ubica alrededor del 80%.

·        Un promedio de 16,8% de los jóvenes entre 15 y 19 años de edad no han logrado culminar la educación primaria. 26,7% corresponde al medio rural y 8,6% al medio urbano.

·        Los tres países con mejor desempeño en cuanto a culminación de la educación primaria son Chile, con 4% de fracasos; México, con 7% y Ecuador, con 9%. Los tres países en peor situación son Guatemala, 39%; Nicaragua, 35% y Honduras, 32%.

·        Un importante aspecto a considerar es lo que atañe a logros en el aprendizaje. Un estudio efectuado por el Laboratorio latinoamericano de evaluación de la calidad e la educación, de la OCDE, para jóvenes de 15 años encontró que entre 44% (Argentina) y 79% (Perú) tuvieron un desempeño “nivel 1 o inferior”  (igual o menor a 50/100) en lenguaje y matemática. (3)

·        La diferencia entre establecimientos educacionales del estado y privados es notable, en especial en algunos países: el rendimiento estudiantil fue, en 2003, entre 6% y 17% superior para la educación privada (Se exceptúa Cuba, donde no hay institutos privados).

 

Aunque la meta propuesta se refiere a que los niños y niñas de todo el mundo terminen el ciclo completo de educación primaria, un somero análisis de la realidad requiere una mirada a los niveles conexos: el preescolar y el primer ciclo de educación secundaria. Por un lado, las experiencias tempranas de los niños son determinantes en su desempeño posterior; por otro, sólo al completar el primer ciclo de secundaria el estudiante comienza a tener posibilidades de lograr el desarrollo de destrezas que le acerquen a oportunidades de trabajo remunerado.

 

Los registros  de la UNESCO (4) señalan que en la subregión del Caribe, alrededor del 68% de los niños reciben educación preescolar, mientras que en América Latina este indicador es  de 47%. Además, los servicios educativos para niños en esa edad se concentran en las áreas urbanas y sirven especialmente a  los sectores sociales de mayores ingresos, hecho que contribuye a la situación de inequidad.

 

Por otra parte, a pesar de que en la última década la matrícula en educación secundaria ha tenido importantes avances en la región, su cobertura sigue siendo deficiente. Entre 1990 y 2002, el número de estudiantes de secundaria en América Latina casi se duplicó, al pasar de 21 a 43 millones de inscritos. Aún así, las tasas de matrícula en el primer ciclo se ubican en general por debajo de 85% en América Central y el Caribe.  Ecuador, Guatemala y Nicaragua presentan cifras por debajo del 70% (4). Hay que agregar que frecuentemente los estudiantes de este nivel se ven obligados a abandonar los estudios para incorporarse al mercado de trabajo y ayudar a la satisfacción de las necesidades básicas de sus familias. 

 

Para nadie es un secreto que la condición social y económica de los estudiantes, que se manifiesta en la alimentación, el desempleo, las condiciones de salud, la posibilidad de usar  los medios de transporte y otros aspectos que caracterizan a la pobreza, son los principales causantes del bajo rendimiento estudiantil y la deserción escolar. Pero, en la otra cara de la moneda, la falta de educación es una causa fundamental de la pobreza: sin capital intelectual y sin mano de obra calificada es imposible lograr el desarrollo sostenible y mejorar la productividad de las economías.  Es lógico pensar que, para salir de este punto muerto, la estrategia más directa es la mejora de oportunidades de educación, pero se requieren medidas que faciliten a los potenciales estudiantes su acceso físico ya sea al aula o al “infocentro” para acceder al maestro o a la computadora.

 


La Educación a Distancia

 

La educación a distancia (EAD) ha existido desde mucho antes de la invención de la computadora; sin embargo se concretó en esfuerzos a muy pequeña escala o muy localizados, entre los que se destacan los programas de educación por radio en Colombia, las escuelas por correspondencia en toda América Latina y diversos programas de educación informal por televisión.

Lo que hace diferente la situación actual es que las nuevas tecnologías han permitido descubrir oportunidades para iniciativas más efectivas, con mayor capacidad de alcance, que garantizan calidad en el aprendizaje y que pueden resultar muy económicas si se manejan a una escala apropiada. La tecnología en este caso se refiere, no sólo al soporte tecnológico en sí, sino a la posibilidad de proceso y organización de los contenidos con una aproximación tecnológica.

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) ofrecen la posibilidad de crear nuevos procesos de aprendizaje apoyados en la computadora, la Internet, las plataformas de educación virtual, las bases de datos y las redes satelitales, mediante las cuales el estudiante tiene acceso a toda clase de contenidos educativos sin necesidad de un contacto directo con el profesor. Esto implica mayor autonomía del estudiante/aprendiz y reduce la importancia de la presencialidad. Exige, desde luego, un rol más proactivo del estudiante y un papel menos protagónico del profesor. Pero, por otra parte, un mayor número de estudiantes pueden tener contacto mediante la red con un profesor distante.

Los proyectos actuales de Educación a Distancia se sustentan en la premisa de que las TICs son una herramienta muy útil porque constituyen un contexto tecnológico que indice a cambia algunos paradigmas fundamentales  del proceso enseñanza aprendizaje. Las modalidades educativas asociadas con la EAD se visualizan como una posibilidad de democratización de la educación, por cuanto se percibe que el uso de las TICs favorece la igualdad de oportunidades.

La objeción más frecuente frente a esta modalidad educativa es sobre la necesidad del contacto directo educador-educando. Pero, si los cursos interactivos  tienen una plataforma  ágil y atractiva, que aplique los recursos tecnológicos y pedagógicos modernos  en el proceso de enseñanza-aprendizaje y si el diseño de las unidades didácticas es de un alto nivel y utiliza un sistema de comunicación efectiva (síncrona y asíncrona) las probabilidades de éxito son bastante similares a las de la educación presencial y, eventualmente, superiores,

El obstáculo principal para su utilización puede estar en la falta de disponibilidad del equipo necesario por parte del potencial estudiante o aprendiz. Sin embargo, muchas empresas fabricantes de equipos de computación pueden contribuir a solucionar este déficit, no sólo por altruismo, sino por conveniencia en la búsqueda de la ampliación de mercados.

El carácter de los sistemas que sustentan el proceso enseñanza-aprendizaje en esta modalidad es de mediador instrumental, que facilita la autoorganización del aprendizaje y  la apropiación del conocimiento.

La educación a distancia en línea (llamada por algunos educación virtual) permite a personas de cualquier edad, ocupación o ubicación geográfica (con tal de que maneje el idioma correspondiente) conectarse con opciones de aprendizaje convenientes. Posibilita la incorporación de grupos pequeños y dispersos a cursos que se originan en sitios distantes y facilita el proceso de formación permanente a las personas que trabajan.

 

Los elementos fundamentales de un sistema de EAD se resumen en lo siguiente:

 

Conviene tener presente que cualquier sistema de enseñanza aprendizaje sustentado den las TICs, exige como condición de partida la alfabetización tecnológica, que debe buscar como mínimo:

·        Que los involucrados aprendan a operar o utilizar al menos una herramienta particular apropiada para sus intereses.

·        Que entiendan, aunque sea de manera somera y preliminar, como funciona la informática.

·        Que vayan desarrollando el pensamiento crítico sobre las potencialidades y amenazas de estas herramientas.

 

Educación a Distancia en América Latina

 

La modalidad de educación a distancia ha logrado en América Latina un grado de difusión importante aunque es ahora cuando empiezan a tener cierto impacto. En el pasado se desarrollaron algunas iniciativas interesantes, con base en la tecnología disponible para la época. Ejemplos de esas iniciativas son la Universidad Nacional Abierta, en Venezuela, los programas de educación por radio de Radio Sutatenza en Colombia y Fe y Alegría en Venezuela  y diversos programas de tele-educación, que todavía tienen vigencia.

 

Actualmente existen muchos proyectos importantes, con tecnología actual, que todavía no tienen una presencia determinante en los sistemas educativos nacionales. Un sector numeroso de docentes, especialmente a nivel de educación superior, han asumido como reto la incorporación de las TICs en su práctica cotidiana y la promoción de éstas entre su círculo de influencia.

 

Por lo que se refiere al uso de las TICs en la formación de docentes, hay varios proyectos en marcha en América Latina que vale la pena observar. Un documento de UNESCO (que será publicado muy pronto), Análisis comparativo de 19 experiencias de formación de docentes incorporando TICs, resume un análisis relevante sobre el asunto. El estudio abarcó dos casos en Bolivia, tres en Chile, tres en Colombia, dos en Ecuador, dos en México, dos en Panamá, tres en Paraguay y dos en Perú. Los objetivos de los programas incluyen formación de Licenciados en Educación, Gestión de Instituciones Educativas, uso de TICs en la enseñanza, educación rural y, especialmente, mejoramiento profesional de los maestros. Algunas de las experiencias tienen componentes de educación a distancia o se basan en ésta completamente. Conviene observar que la mayoría de los programas se dirigen a docentes que ejercen su actividad en sectores de bajos recursos.

 

Los autores del estudio deducen que una de las condiciones fundamentales del éxito en estas iniciativas es la colaboración interinstitucional y, en especial, la integración de voluntades del sector público con el interés de los sectores privados. Cuatro factores esenciales relacionados con este aspecto son:

 

Entre las recomendaciones del estudio se destacan la importancia de la continuidad en las políticas y las acciones, la importancia de contar con capacidades o competencias básicas para los proyectos en cada país, la necesidad de estrategias efectivas para la obtención de legitimidad y reconocimiento y la conveniencia de empezar con una planificación efectiva, basada en la gradualidad, el seguimiento y la evaluación permanente.

 

En el contexto de estas reflexiones, otras dos experiencias merecen mención, en cuanto se ubican en la orientación sugerida en esta propuesta. En México, la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (UNETE) y, en Venezuela, el Programa de Actualización de Maestros (AME).

 

UNETE (5) fue creada en 1999, con el propósito de proveer a las escuelas públicas de educación primaria y secundaria de México con tecnología de apoyo a la educación. Aunque su objetivo central no es la educación a distancia, constituye un modelo de cooperación ciudadana, mediante el cual se involucra a padres y maestros, estudiantes y profesores, empresarios y gobierno en un proyecto modelo de mejora de la educación.

 

En esta iniciativa los empresarios y particulares aportan recursos para proveer el equipamiento tecnológico a las escuelas y el gobierno federal proporciona a las escuelas así equipadas los contenidos y actividades académicas, así como la capacitación inicial de los docentes y la supervisión pedagógica. Los padres y representantes, en cooperación con la dirección de las escuelas, se encargan de acondicionar las aulas, mantener la seguridad y garantizar el servicio eléctrico.

 

El Programa de Actualización de Maestros (AME) es un esfuerzo de alcance internacional, dirigido a promover la actualización y mejoramiento profesional  de

Los maestros de educación básica en América Latina, con la finalidad de mejorar la educación en ese nivel. Tuvo su origen en 1996 y tomó su forma actual en 1999 y, según su propia directora (6), “Siguiendo las mejores prácticas de educación a distancia, AME ha desarrollado un sistema de enseñanza aprendizaje basado en TIC, que es activo, constructivista y colaborativo”.

 

El programa se apoya  en una red virtual de educación a distancia, que utiliza tecnologías de información y comunicaciones: Internet, televisión satelital y por cable.  La Fundación Cisneros, en Venezuela, que administra la inversión social del Grupo de Empresas Cisneros, coordina el programa y suministra los fondos para su financiamiento. En la actualidad participan ocho países: Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Alrededor de 1.500 maestros de estos países están siendo atendidos.

 

A través de AME se conecta una red de cooperación integrada por instituciones públicas y privadas. Cuatro Universidades latinoamericanas y una española elaboran los cursos, evalúan a los maestros y otorgan las certificaciones correspondientes. El espacio satelital es cedido por DIRECTV que también suministra los equipos de las escuelas que participan en el programa.

 

Entre otras iniciativas importantes, un instrumento de especial relevancia es la Cátedra UNESCO de Educación a Distancia, que dirige el Dr. Lorenzo García Aretio desde Madrid, la cual ofrece un espacio para el diálogo y el intercambio de experiencias de miles de expertos o interesados en esta área del conocimiento.

 

La reflexión principal en este punto es que la educación a distancia tiene el potencial para contribuir en forma determinante en el logro de objetivos esenciales de la educación. Se requieren esfuerzos sostenidos para incorporar a sectores decisorios de la sociedad en las iniciativas de EAD. Esta es interdisciplinaria por naturaleza y se presta para la colaboración internacional.

 

Conclusiones

 

América Latina tiene que continuar  avanzando hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero actualmente el progreso es lento y desigual. La gran mayoría de los países sólo lograrán superar los retos que esto significa si reciben ayuda considerable del exterior, en recursos, en competencias y en apoyo al liderazgo apropiado. Las tareas de la comunidad mundial, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, consistirá en movilizar recursos financieros y humanos y voluntad política. Los gobiernos nacionales deben renovar su participación, reorientar las prioridades y las políticas de desarrollo, crear capacidades y establecer asociaciones con la sociedad  civil y el sector privado.

 

El concepto de desarrollo sostenible, que es la base que orienta los Objetivos, requiere cambios culturales importantes. El sistema educativo es fundamental en ese propósito, por lo que ésta debe ser una consideración de partida en el diseño de los programas de educación a distancia. Los programas de EAD deben tener en cuenta los condicionamientos culturales de los grupos humanos de la región: la mayor o menor tendencia a la socialización, las costumbres relativas a las responsabilidades de los hijos, los paradigmas referidos al rol de la mujer, etc.

De acuerdo con el  sociólogo José Joaquín Brunner,(7) de la Universidad Adolfo Ibáñez, en Chile,  las tendencias generales en las que la educación sustenta su rol estratégico para el logro de los objetivos propuestos en la fecha establecida, se resumen en  tres aspectos:

1) Educación permanente para toda la población: el objetivo de hacer real el derecho de todos a participar en el conocimiento y la cultura y dar respuesta  a los cambios del mercado laboral y a los rápidos avances  tecnológicos.                        

2) Cambios de paradigmas en cuanto al rol del docente: nuevos enfoques para lograr  mayor diversidad y flexibilidad en el sistema escolar, hacia sistemas de educación abierta, en los que  predomina el énfasis hacia el aprendizaje en lugar de la enseñanza y en los que el alumno o aprendiz tiene mayor libertad para aplicar sus propias estrategias  educativas.

3) Aprovechamiento de las nuevas tecnologías de información y comunicación, en forma efectiva con el fin de proporcionar a la población de todas las edades amplio acceso a oportunidades de educación, sin horarios rígidos y sin necesidad de acudir a “centros de enseñanza”.

La finalidad estratégica de los esfuerzos que, utilizando la modalidad de educación a distancia, se proponen contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se desglosa en 5 propósitos fundamentales:

 

La dirección práctica de las iniciativas asociadas con la finalidad arriba descrita,  podría concretarse en programas de EAD con los siguientes fines:

·        Amplia cobertura de planes para alfabetización tecnológica

·        Capacitación de maestros activos en el uso de las TICs para la educación a distancia.

·        Formación de nuevos docentes con planes de estudio enteramente a distancia.

·        Desarrollo masivo de programas educativos en línea para estudiantes del primer ciclo de educación secundaria.

·        Capacitación a distancia de jóvenes en materias que faciliten su ingreso al mercado de trabajo.

·         Formación a distancia en áreas de educación integral, ciudadanía, ética y convivencia pacífica.

 

Un primer aspecto práctico sería incluir desde ya en todos los planes de estudio de educadores, el uso de las TICs en la enseñanza y en la EAD en particular.

 

Es muy conveniente que los enfoques didácticos para el aprendizaje a distancia se relacionen con aspectos tales como el desarrollo de hábitos de lectura,  la reducción de las tendencias al aprendizaje por memorización, la necesidad de propiciar modelos para aprender haciendo y la búsqueda de aplicabilidad de conocimiento.  Para ello se requieren métodos modernos, planes de contenido relevante, que tengan un enfoque práctico y se dirijan a la persona como un todo.

 

Para el logro de estos fines se requiere integrar esfuerzos a escala nacional y regional, propiciar alianzas entre sectores, incrementar las iniciativas en investigación sobre el tema y obtener el apoyo de las grandes empresas de computación, tanto para la obtención de equipos (que eventualmente podrían ser menos  sofisticados que las últimas versiones y, por tanto, menos costosos) como para el desarrollo de aplicaciones de fácil adaptación y uso.

 

Los objetivos de desarrollo del milenio son factibles y pueden servir de marco para que los países de América Latina hagan un esfuerzo extra para mejorar su educación a los niveles que exige la modernidad. La educación a distancia, sin ser la panacea, puede ser un importante instrumento que, en combinación con las modalidades tradicionales de educación, conforme una política educativa apropiada y efectiva para la región.

 

Referencias

 

(1) CEPAL: Objetivos de desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y el Caribe. 2005  www.cepal.cl  (Junio 18, 2005))

 

(2) Informe del BID, 2003: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pág. 29. www.iadb.org/sds/doc   (junio 23, 2005)

 

(3) Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación. OCDE. www.oecd.org    (junio18, 2005))

 

(4) UNESCO: Compendio mundial de la educación 2005. www.uis.unesco.org (junio 23, 2005)

 (5) Alva Suárez, María de la Nieves: Las tecnologías de la información y el nuevo paradigma educativo. En: CONTEXTO EDUCATIVO, Nº 29.                           http://contexto-educativo.com.ar  (junio 27, 2005)

(6) Hardi de Gómez, Irene: El Programa de Actualización de Maestros (AME) www.cuadernos.tpdh.org  (junio 27, 2005)

(7) Brunner, José Joaquín: Educación en América Latina, avances y rezagos. 2005. www.educarchile.cl/ntg/investigador (junio 27, 2005)

 

 

 Bibliografía

 

Bates, A. W.: Tecnología en la enseñanza abierta y la educación a distancia.  Editorial Trillas, México. 1999.

Casas Armengol, Miguel: Universidad sin clases: educación a distancia en América Latina.  O. E. A. - U. N. A.; Caracas,  1986.

García Aretio, Lorenzo: La educación a distancia. Edit. Ariel. 2001

 

Glenn, Jerome and Theodore J. Gordon: 2003 State of the Future. American Council for the United Nations University, Washington, DC. 2003.

 

Lugo, María Teresa y Daniel Schulman: Capacitación a distancia : acercar la lejanía: herramientas para el desarrollo de programas a distancia.: Editorial Magisterio del Río de la Plata, Buenos Aires 1999.

 

Porter, Lynnette: Creating the virtual classroom: distance learning with the Internet.

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Silvio, José: La virtualización de la Universidad. Ediciones IESALC/UNESCO. Caracas, 2000.

 

Salmon, Gilly: E-Moderating : the key to teaching and learning online . London.  Kogan Page,  2000.

 

Villarroel, Armando y Francisco Pereira: Educación a distancia : desarrollo y apertura. Caracas,  International Council for Distance Education: Fondo Editorial Universidad Nacional Abierta. Open Learning Agency, 1990.